La Policía Federal detuvo en Morelia, Michoacán, a Rafael Cedeño Hernández, El Cede, presunto jefe de la plaza de Lázaro Cárdenas y de una parte de Guerrero para La Familia michoacana, quien además de controlar tareas de tráfico de drogas, secuestro y extorsión estaba encargado de dirigir una organización religiosa para reclutar y adoctrinar nuevos integrantes para la organización.
En una operación precedida por labores de inteligencia El Cede fue detenido sin que se reealizara un solo disparo pues un numeroso grupo de la Policía Federal irrumpió en un bautizo. Junto con el presunto líder fueron también arrestadas otras 43 personas, que según la Secretaría de Seguridad Pública podrían ser parte de la organización.
El Cede, quien tenía su centro de operaciones en Lázaro Cárdenas, reportaba sus actividades a Nazario Moreno González, El Chayo; segundo en la estructura de mando de la organización, quien lo designó como sucesor de Alberto Espinoza Barrón La Fresa, cuando este fue detenido en 31 de diciembre de 2008.
En el operativo se desplegaron 400 agentes de las áreas de inteligencia, investigación y operaciones Especiales; un avión 727, dos helicópteros Black Hawk y dos acorazados para operaciones especiales, en las inmediaciones de un centro social de Morelia (donde celebraba el bautizo de la nieta de El Cede).
Ante reportes de inteligencia, que alertaron de un intento de rescate por parte de sicarios de La Familia, los detenidos fueron trasladados en avión al Centro de Mando de la Policía Federal en Iztapalapa, donde el comisionado de la Policía Federal, Rodrigo Esparza, y el coordinador de las Fuerzas Federales, Rodolfo Cruz, los presentaron en conferencia de prensa.
Cedeño Hernández encabezaba una de las principales células de La Familia, utilizaba una organización religiosa para reclutar y adoctrinar nuevos integrantes para la organización, en la que desempeñaba una amplia gama de tareas:
Coordinaba el trasiego de cocaína y la distribución de efedrina, pseudoefedrina a los laboratorios clandestinos de La Familia y operaba grupos de sicarios; pero además controlaba los bares y giros negros de la región, cobraba “derecho de piso”, promovía la prostitución y era el responsable del adoctrinamiento a los integrantes de la organización.
El adoctrinamiento de Cedeño consistía en “cursos de lo que ellos consideran superación personal, valores, principios éticos y morales acordes a los fines de la organización delictiva, con el objetivo que sus subordinados se aparten de las drogas, el alcoholismo y se unan a sus familias; a fin de lograr un mayor control motivacional y emocional de los miembros”, explicó el comisionado.
Al ser detenido, se le encontraron dos credenciales de la organización denominada Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán ac.org, con vigencia hasta 2110, expedidas por el presidente Julio César Silva Alemán, que lo acreditan como representante para la entidad y como observador permanente.
Con El Cede fueron detenidos cuatro miembros de su estructura criminal, entre ellos Francisco Javier Torres Mora El Camello, de 41 años de edad, originario de Petacalco, Guerrero, presunto jefe de sicarios de su célula y señalado como un individuo de alta peligrosidad y sumamente violento.
Torres Mora, era el encargado de realizar los levantones y ejecuciones en el estado de Guerrero de integrantes de grupos rivales, como Los Zetas y los Beltrán Leyva, así como de incrementar el control de la zona para La Familia, detalló el comisionado.
ELUNIVERSAL.COM.MX
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