lunes, enero 04, 2010

DETENCION DE LA PERRA

Lo pusieron. Una llamada anónima y no una investigación, llevó a la captura de Filiberto Parra Ramos.

Un grupo especial de policías bajo las órdenes del Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez, siguió al capo desde Playas hasta la rampa al Aeropuerto donde fue detenido. Contaron con el apoyo del Ejército Mexicano y el Ministerio Público Federal. En un principio La Perra” se identificó con otro nombre, pero después confesó: Había asesinado directamente a unas diez personas. Llevó a las autoridades a casas de seguridad, pero el resto de la célula delictiva del cártel Arellano Félix ya había huido.

Durante la noche del miércoles 10 de junio y la madrugada del jueves 11, Filiberto Parra Ramos, La Perra”, esposado, guió a las autoridades hasta casas de seguridad, guaridas y escondites de otros integrantes de la célula de Teodoro García Simental El Teo, en Tijuana, y poblados entre esta ciudad y Ensenada.

No encontraron mucho.

Cuatro hombres, vehículos, muy pocas armas y algo de droga. Crystal . El hampa se había adelantado a soldados y policías municipales y ministeriales. Cinco minutos después de conocer la detención de Parra Ramos, hombres al servicio de García y Raydel López Uriarte, El Muletas, se fueron de la ciudad. Incluso alcanzaron a llevarse en resguardo a la esposa del detenido, a sus dos hijos, y unos tres vehículos, de la casa donde vivían en El Pípila.

Y aun cuando en la II Zona Militar iniciaron una operación rastrillo para buscar a García y López, no les dieron alcance. Los narcotraficantes ya habían cambiado de frecuencia radial, de aparatos de telecomunicaciones, vehículos y escondites.

Atrás habían dejado a Parra Ramos. En manos del Ejército y del Ministerio Público Federal. Ahí habló. Se adjudicó 10 ejecuciones de manera directa y haber ordenado unas 35. Los secuestros, levantones y delitos relacionados con el tráfico de droga o narcomenudeo no los detalló. Al menos no en Tijuana donde le tomaron la primera declaración antes de ser trasladado a la Ciudad de México.

Investigadores oficiales dicen que no proporcionó mucha información. Pero sí habló de los detalles de la relación entre El Teo y Fernando Sánchez Arellano El Ingeniero. Les confirmó lo que extraoficialmente se sabía: Que ambos capos pactaron una tregua luego de la cruenta batalla de finales de 2008. Que la consigna era no agredirse unos a otros y respetarse sus plazas dentro de la ciudad.

A diferencia de Luis Ramírez Vázquez El Güero Camarón o Isaac Godoy Castro El M, quienes ofrecieron detalles sobre las actividades criminales de las células del cártel Arellano Félix y proporcionaron información sobre funcionarios, policías y delincuentes a su servicio, La Perra” en ese sentido fue más discreto. Apenas aceptó que bajo sus órdenes tenía a trece personas. Que contaba con muy pocas armas y algo de dinero. Por eso muchos de la célula del CAF se dedican al secuestro.

La actitud del detenido, dicen quienes estuvieron cerca, era más de sorpresa y temor ante su detención. No lo creía.

Se presume que a Filiberto Parra Ramos lo pusieron para su captura. Prácticamente lo entregaron. La aprehensión por parte de municipales apoyados por militares, no fue producto de una investigación, aun cuando le fueron armando un expediente y en varias ocasiones en el pasado inmediato, estuvieron a punto de detenerlo.

Una llamada ciudadana alertó a la Policía Municipal de Tijuana sobre la presencia de una persona parecida a Filiberto Parra Ramos. Lo ubicaron a las tres de la tarde del 10 de junio en la delegación de Playas de Tijuana.

Hasta allá se trasladaron dos unidades operativas de la Municipal a cargo del Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez. Apoyado por la II Zona Militar a cargo del General Alfonso Duarte Mujica.

No encontraron a la persona señalada. Tampoco la camioneta Murano de reciente modelo con placas de Baja California en la que habían denunciado, se trasladaba Parra Ramos. En ese momento, se activó un operativo especial. Con las características del automóvil en cuestión, se dio la orden de localizarlo en la ciudad.

Así lo identificaron en la salida de Playas, luego sobre el libramiento Rosas Magallón y de ahí a la carretera Internacional para ingresar a la zona Río. A los oficiales se les perdió la unidad. No le siguieron más el rastro, hasta dos horas después. Cuando identificaron el automóvil y sus ocupantes en el gimnasio Total Fitness en pleno Paseo Sánchez Taboada. Sólo que cuando acudieron a las instalaciones deportivas, observaron que el carro era equivocado.

Alrededor de las seis de la tarde un reporte ubicó a Filiberto Parra Ramos en el estacionamiento del centro comercial Soriana enclavado en la esquina formada por la rampa al aeropuerto y la rampa a la colonia Ruiz Cortínez.

Conducido por Parra, el carro ingresó al estacionamiento y se acomodó en la parte media del inmueble. Minutos después llegó otro hombre que entabló plática con otros ocupantes de la Murano. Guardando distancia, la policía ya lo vigilaba. El proceso de reconocimiento duró unos diez minutos. Después llegaron las patrullas; dos grupos operativos ingresaron al estacionamiento y otros resguardaban las inmediaciones.

Cuando los delincuentes vieron llegar los pick ups blancos de la autoridad se bajaron de la camioneta. La Perra” encaró a los primeros agentes encapuchados que se le acercaron. Les gritó. Los ofendió, les recordó a su madre y les hizo referencias sexuales soeces. Envalentonado, como quien paga para no ser detenido. Le dijo a los uniformados que se retiraran del lugar y lo dejaran en paz. Amenazó: No sabían con quién se estaban metiendo; así actuó por alrededor de un minuto recargado en la parte de atrás de la camioneta.

Para ese momento el operativo que llevaba casi tres horas, ya estaba encabezado por el Secretario de Seguridad Pública, Julián Leyzaola, quien descendió de uno de los autos para comprobar si el hombre efectivamente era el sicario.

El teniente coronel le pidió su identificación; Parra Ramos le entregó una licencia. En el documento oficial con su fotografía se leía el nombre de Jorge Luis Hernández. Hablaron al sistema de seguridad para buscar antecedentes penales y no salió nada. Era un nombre falso. El señalado por la DEA como uno de los más buscados de la organización Arellano Félix, fue esposado de manera inmediata.

Ni el presunto sicario ni sus dos acompañantes portaban armas. Tampoco droga, pero como había una denuncia ciudadana, y Jorge Luis se parecía mucho a las fotos conocidas de La Perra”, quizá más gordo y de menor estatura, quienes lo capturaron lo encararon llamándolo por su nombre: Filiberto, le dijeron. El sólo respondió: No sé de qué me habla, señor e intentó seguir figurando ser otra persona.

Los municipales del grupo operativo todavía estaban en el estacionamiento intentando corroborar la identidad del hombre. No habían pasado ni cinco minutos del arribo de las unidades, cuando éstos recibieron un llamado de la autoridad superior preguntándoles si habían detenido a La Perra”. La respuesta fue que no sabían, que lo único comprobado era que la persona aprehendida se parecía.

Ante tal evidencia, Parra Ramos fue trasladado a las instalaciones de la II Zona Militar. Al Cuartel Morelos. Ahí, el Ministerio Público Federal se encargaría de verificar la identidad y de los procedimientos que fueran necesarios. Por seguridad, elementos castrenses ya habían sido enviados al lugar de la detención así que a mitad del camino hacia la colonia Morelos se incorporaron con el grupo operativo municipal que concluyó el traslado, a las 18:30 horas.

Filiberto Parra Ramos ya estaba con los militares.

La tregua y los desencuentros

De los pocos detalles que ofreció Filiberto Parra Ramos durante su cautiverio en Tijuana, fue que la célula de Teodoro García Simental acordó una tregua con el cártel de los Arellano Félix a cargo de Fernando Sánchez Arellano El Ingeniero. Que después del enfrentamiento que sostuvieron durante prácticamente cuatro meses, se desestabilizaron económicamente y perdieron muchos elementos.

Que el acuerdo fue de no agresión y de respeto de las áreas para delinquir dentro de la ciudad. Lo mismo de los delitos a cometer. Trasiego de droga, secuestro y robo de vehículos.

Fuentes extraoficiales en Baja California y la Unión Americana , abonaron a la teoría del desencuentro entre las dos células del CAF. Explicaron: Después de pactada la tregua, Teodoro García Simental privó de la libertad a una persona allegada a otro de los miembros de los Arellano Félix, Armando Villarreal El Gordo. Y el plagio lo realizaron sin consultar al resto de las células criminales.

Confiaron los de inteligencia, que a Villarreal no le pareció justo. Y ahí inició otro distanciamiento con el grupo de García Simental. Éste, aseguran, puede ser uno de los elementos que llevaron a la captura de Filiberto Parra Ramos, quien suponen, pudo ser entregado por adversarios en una célula criminal.

Las investigaciones

A pesar de las declaraciones públicas del procurador de Baja California, Rommel Moreno Manjarrez, diciendo que Parra Ramos no tiene asuntos pendientes en el Estado, la realidad es que el sicario sí tiene investigaciones abiertas por secuestro.

De hecho así lo había informado la propia autoridad estatal ante el Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana en mayo 2009. Bajo ese argumento, la fotografía de La Perra” fue incluida en la más reciente lista de los plagiarios más buscados en el Estado, hecho que evidentemente ignoró el Fiscal al proporcionar información pública.

Por otro lado, Filiberto Parra Ramos es requerido por la DEA (Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos), autoridad que lo evidenció en el nuevo cartel donde solicitan información que lleve a la captura de Fernando Sánchez Arellano, Manuel Ivanovich Zambrano, Melvin Gutiérrez Quiroz, Raydel López Uriarte, Teodoro García Simental, Fernando Ávila Valenzuela, Raymundo Corona Bartolomé, Armando Villarreal, Isaac Manuel Godoy Castro y Filiberto Parra Ramos, estos dos últimos ya detenidos.

La DEA acusa a este grupo de tráfico de drogas, lavado de dinero y actividades relacionadas con el cártel de los Arellano Félix.

Las fugas

A Parra Ramos su detención lo tomó por sorpresa. Era conocido, entre los mismos policías, los arreglos que tenía en todas las corporaciones para no ser detenido. O para que le permitieran fugarse. Por ello el 10 de junio no manifestó temor, y encaró a sus captores sin saber que esta vez, sería aprehendido.

Informaron los investigadores que los confundió con Policías Federales y hasta orden de retirarse les dio. Justificaron: Su exceso de confianza estaba fundamentado. Informes recientes indican que miembros de la Policía Federal Ministerial había intentado capturarle el 29 de mayo. No lo hicieron.

Explicaron que al llegar al lugar mencionado, se desarrollaba una reunión social. Que los recibieron a tiros y que al detener a las personas hombres y mujeres La Perra” no se encontraba. En su lugar, los federales dijeron haber presentado a varios de los aprehendidos en la fiesta, ante el Ministerio Público del Orden Común. Entre ellos, uno de nombre Rosendo Bernal.

Sin embargo la Procuraduría General de Justicia del Estado informó que la PFM no remitió a persona alguna con ese nombre. Tampoco les desglosaron investigación en la que la que estuviera involucrado.

Al empatar los dos reportes oficiales, los investigadores concluyeron que los agentes federales habían dejado ir a Bernal. A quien más tarde en inteligencia militar identificarían como compadre y cómplice de La Perra”.

Pero esa del 29 de mayo no fue la primera vez que Filiberto Parra Ramos tuvo elementos para huir de la justicia. Antes, el jueves 22 de enero, cabezas delictivas de diferentes células del grupo de Teodoro García Simental, estaban de juerga en el hotel Baja Seasons en la carretera a Ensenada, Parra Ramos era uno de ellos.

Ciudadanos temerosos al ver hombres armados, aparentemente drogados, circulando y echando pleito en las inmediaciones del centro vacacional, reportaron al 066 la amenazadora presencia; el Ejército respondió a la denuncia pero al llegar sólo encontró a Santiago Meza López El Pozolero. Estaba demasiado intoxicado para huir.

El resto de los criminales huyó luego que, informaron, agentes federales les alertaron de la llegada de los Militares y les ayudaron a escapar, según relataron testigos de estos hechos. Razón por la cual dos jefes de la Policía Federal estén actualmente presos y bajo proceso.

Una semana después, el jueves 29 de enero, nuevamente ciudadanos denunciaron que en el poblado de San Antonio de las Minas en el Valle de Guadalupe, circulaba un comando criminal. Informaron que en el grupo iban Raydel López Uriarte y Filiberto Parra Ramos. El Ejército se enfiló al lugar y pidió apoyo de la policía federal que estaba más cerca.

Pero cuando los soldados se presentaron en el lugar, en menos de cinco minutos, los maleantes habían escapado por las brechas de La Misión. De nuevo fueron prevenidos por los Federales.

La tercera vez que Parra Ramos evadió la justicia este año, fue el 1 de febrero de 2009. De nuevo una llamada alertó de la celebración de una fiesta norteña en una casa localizada en La Presa , hasta banda tocando narcocorridos tenían.

Cuando llegó el Ejército sólo encontró a unas mujeres asustadas acompañadas de tres delincuentes quienes admitieron que Filiberto Parra Ramos La Perra”, Raydel López Uriarte El Muletas y Jesús Rangel Peña El Enano” o El Pelón habían estado en la casa, pero recién se habían ido cuando El Willy recibió una llamada a su celular.

Federales le habían informado que los militares iban en camino.

Otra más: La tercera semana de mayo 2009, Parra Ramos fue visto en una taquería de la zona norte en Tijuana, los agentes de seguridad que lo identificaron, pertenecían al equipo de seguridad del alcalde Jorge Ramos, sacaron a su jefe de la zona para resguardarlo, pero ni ellos ni sus jefes informaron la ubicación a ningún otro cuerpo policiaco, obstruyendo así una posible y previa captura, la cual fue concretada esta semana precisamente por otros policías municipales.

Durante 2008 existen dos antecedentes de presuntas fugas, una del 17 de enero de 2008, luego de la balacera que durante tres horas ocurrió en la casa de La Cúpula , ubicada en la delegación La Mesa. En el lugar, seis personas que habían sido secuestradas fueron asesinadas antes que los delincuentes huyeran.

Por la frecuencia de radio un sujeto identificado como Parra aseguraba que se había escapado y que era la cuarta vez. Después, este joven criminal fue personalmente a un lugar donde graban los grupos de música norteña, no había pasado ni una semana de los hechos, entregó una hoja con la letra del corrido de La Cúpula y pidió que se la grabaran.

En el corrido dice que la balacera fue protagonizada por era gente del Tres Letras por La Perra comandados, respecto a las veces que se habían escapado agrega la canción nos la seguirán pelando con ésta es la cuarta vez y además amenazaba los vamos a deshacer, señalan a los policías de incompetentes y advierten federales y soldados, poco a poco irán muriendo, esto porque García Simental se lo ordena a Parra” “el Teo dice a la Perra , el uno ve preparando, para que cobren el cheque que ahorita te estoy firmando.

La advertencia final fue: No se metan con la Perra que los vamos a cocer, la guerra está declarada y ustedes van a perder, la canción fue grabada y puesta en circulación a través del internet.


FUERZA NORTEÑA-LA CUPULA



Una fuga previa fue contemplada por las autoridades de los tres niveles de gobierno, en junio de 2008 cuando intentaron apresarlo acompañado al Muletas en un bautizo celebrado en el salón social El Travieso en la colonia Herrera de Tijuana, ahí 57 personas fueron detenidas y 32 posteriormente liberadas.

ZETATIJUANA.COM




DETENCION DE LA PERRA EN ESTACIONAMIENTO





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