La figura de Javier Torres Félix JT cobró notoriedad en Sinaloa a raíz del frustrado intento de un grupo de sicarios del cártel de los Arellano Félix por victimarlo en la comunidad de El Limoncito de Alhaya, municipio de Cosalá, en cuya acción dos de sus hermanos, Humberto y Federico, junto con 10 personas más, fueron ejecutados.
Sobre estos hechos, registrados el 14 de febrero del 2001 durante una fiesta celebrada en la casa del comisariado ejidal, Valentín Aréchiga Beltrán, las autoridades judiciales identificaron a los hermanos José Romualdo, Juan Eduardo y Efraín Quintero Carrizosa, así como a sus primos Feliciano Quintero Ortiz, Jorge Luis Carrizosa Quintero y Feliciano Quintero Ortiz, como las cabezas visibles del grupo de 19 personas que tomó parte en la masacre.
Nueve días después, cerca del dique Los Cascabeles, fueron localizados los cuerpos, atados de pies y manos, con disparos en la cabeza, de Rafael Aragón Acosta, yerno de Torres Félix; Francisco Raúl Ruiz Hernández, y de sus trabajadores Ezequiel Moreno Vega e Iván Fernando Carrillo Panduro. A las víctimas se les ligó al cártel de Ismael El Mayo Zambada.
Según los dictámenes periciales, dos de las armas utilizadas en la ejecución de las cuatro personas fueron usadas un año antes por un grupo de pistoleros, quien atacó a un campamento de
En febrero de 2002, Ramón Arellano Félix y Efraín Quintero Carrizosa resultaron muertos junto con el agente ministerial Ángel Antonio Arias, en un enfrentamiento registrado en el puerto de Mazatlán contra fuerzas policiacas; los dos presuntos narcotraficantes portaban identificaciones con nombres ficticios que los acreditaban como agentes "B" de
El procurador de Justicia del estado, Óscar Fidel González Mendívil, dio a conocer que Torres Félix no cuenta en el estado con antecedentes penales, a excepción de una querella que data de 1984 por el delito de rapto, cuyo expediente se encuentra cerrado.
0 comentarios:
Publicar un comentario