Sus mensajes los transmiten por diferentes vías con el común denominador de que casi siempre aparecen por la mañana, con lo que establecen el primer objetivo: que los medios de comunicación los difundan a lo largo del día. Puede tratarse de hombres decapitados, cuerpos acribillados con mensajes escritos ó mantas con recados muy específicos. Esta estrategia que utilizan los grupos armados de la delincuencia organizada –teniendo como precursores a la banda paramilitar autodenominada los Zetas –forma parte de las operaciones sicológicas contempladas dentro del manual del guerra irregular editado por
Las operaciones sicológicas, según el texto, “incluyen el uso planeado de propaganda y otras medidas para influir en las opiniones, emociones, actitudes y comportamientos” de los grupos a los que se quiere disuadir. Su finalidad es “cumplir con éxito” las misiones armadas ó de defensa cuando se hace frente a un acontecimiento. El propósito se logra cuando estos grupos emplean “los principios y los métodos de las operaciones sicológicas con el fin de disminuir o explotar –según sea apropiado –las consecuencias y efectos sicológicos potenciales o reales que causan las operaciones tácticas en la población en general”. Pueden presentarse como amenazas de bomba, bloqueo de caminos, rumores sobre ataques ó atentados, historias inverosímiles sobre algún acontecimiento que hacen pasar por real y difunde algún medio de comunicación regional. A esta parte de la estrategia de propaganda se le conoció durante
El frente de batalla de la “quinta columna” se ha agudizado en lo que va del año 2010 en diferentes partes del país. Pocos son los días en que no se difunda algún mensaje con destinario incluido que tenga que ver con este tipo de operaciones sicológicas. La propaganda del crimen organizado logró en Torreón hace cosa de un mes y medio, atemorizar a la población para que durante varios fines de semana se guardara en sus casas ante “el inminente ataque” de un grupo armado. Operaciones similares se han reportado en poblaciones del estado de Veracruz, como Tierra Blanca, donde el temor se ha apoderado de la comunidad de tal forma que se ha reportado de un tiempo a la fecha un virtual “toque de queda” autoimpuesto entre la mayoría de habitantes. Hace pocos días un “golpe mediático” exhibió la lentitud y falta de información de inteligencia del ejército para adelantarse a una operación de propaganda, cuando bandas vinculadas al narcotráfico bloquearon varias arterias, caminos y avenidas que comunican Monterrey.
Ante el incremento de la exposición mediática de las tropas, la secretaría de
Los grupos de la delincuencia organizada que protagonizaron las últimas acciones propagandísticas en Nuevo León, no pudieron haber actuado si antes no contaban con lo que el manual de guerra irregular llama “el inventario básico de la inteligencia sobre un área y situación específicos”, el cual se deriva de los estudios del terreno complementados con la inteligencia operacional recopilada entre policías locales, choferes de servicio público, comerciantes y habitantes seleccionados con antelación por su conocimiento de la zona.
El “frente de batalla” de lo que se conoce como “quinta columna” ha tenido operaciones de inteligencia donde se ha medido la capacidad de respuesta y reacción de las fuerzas del orden. No en balde a las pocas horas de que se registraron los bloqueos en la capital regia, el ejército informó al gobernador Rodrigo Medina de la colusión de varios policías del estado en la operación, lo que devino en su cese inmediato. Para varios militares consultados en días pasados, con experiencia de mando de tropas, lo que ha quedado claro es que el crimen organizado tiene una estrategia definida para cada situación y conocen muy bien el terreno donde se mueve. Esto ha repercutido en que sus operaciones tácticas adapten los temas sicológicos como parte del plan de difusión efectiva de mensajes, algo que le ha fallado al ejército. Y como ejemplo, añaden, fue lo que ocurrió en Guerrero durante el fin de semana largo con motivo del puente del 21 de marzo, cuando en 48 horas se desató una cacería de personas que copó las planas de los periódicos como un acción catalogada como “ofensiva” para posicionar a un grupo de la delincuencia organizada. El núcleo de la propaganda versó sobre la advertencia dejada en algunos de las tres docenas de cuerpos asesinados, contra quienes daban apoyo al grupo rival. Esto llevó a las autoridades locales a advertir de que las acciones violentas “ya se esperaban” como parte de las disputas entre el grupo que busca hacerse con el control del puerto de Acapulco.
Por lo pronto en el escenario de las disputas territoriales entre los grupos antagónicos del narcotráfico, el regreso de la “quinta columna” aparece como un frente donde los mandos del ejército han comenzado a reaccionar.
EJECENTRAL.COM.MX
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