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LA CÉLULA DEL “G1”
De acuerdo a funcionarios, se ha desatado una feroz cacería contra un joven que encabeza en Mexicali una fuerte célula ligada al Cártel de Sinaloa y a los Beltrán Leyva. Lo acusan de múltiples homicidios, entre éstos la ejecución de los dos agentes Ministeriales, pero hay evidencias de que este grupo creció al amparo de la corrupción de policías de los diferentes órdenes de gobierno. Su poderío: en el poblado de Palaco.
No sólo los dejaron crecer sino que los protegieron.
Para eso sí hubo coordinación entre policías estatales, municipales y federales, sobre todo en la zona Oriente de Mexicali.
Se trata de un grupo criminal que opera en esa parte de la ciudad desde hace al menos 2 años, presuntamente afiliado al Cártel de Sinaloa pero al parecer más cercano al grupo de los hermanos Beltrán Leyva. La célula en Mexicali está encabezada por un joven de apenas 24 años, a quien ubican como Víctor Javier Serrano Galván, o José Miguel Armenta Rivas, alias “El Uno” o el “G-1”.
Sobre este joven se ha implementado –según las autoridades– una feroz cacería en la zona de Mexicali sobre todo a raíz del reciente asesinato de dos agentes de la Policía Ministerial, el martes 07 de octubre.
Pero en el ámbito policiaco desde hace meses se maneja la figura del “G1”, como una persona que ha gozado de apoyo y protección de efectivos.
Curiosamente a dos de los secuaces de Armenta Rivas los aprehendieron casi inmediatamente después del crimen de los dos agentes; virtualmente los tenían localizados, sabían dónde, cuándo y cómo operaban.
Incluso, una de las tesis en cuanto al crimen de los dos agentes es que –al menos uno de ellos– había participado en un operativo en la zona Poniente donde les confiscaron cerca de 50 kilos de cocaína al grupo criminal. Por ello la advertencia para que les regresaran la droga: las coronas en la oficina de la Procuraduría en Palaco y el asesinato.
Pistolas de lujo, carros de lujo
El nombre de Víctor Javier Serrano Galván trascendió públicamente a raíz de lo sucedido la noche del 5 de octubre de 2006 en las afueras de un bar de la zona hotelera en Mexicali. Esa madrugada, en la confluencia de Benito Juárez y L. Montejano fueron detenidos 4 jóvenes que viajaban en un BMW 2006, color negro. La Policía Municipal fue alertada de que en ese vehículo iban los jóvenes que acababan de realizar unos disparos. Les encontraron tres armas, una escuadra Sig Sauer 9 mm, una pistola Colt Comander .38 súper y una Mágnum .357.
Ahí detuvieron a José Manuel Armenta, entonces de apenas 22 años, quien dijo ser de Sinaloa pero radicado en Los Ángeles. Lo acompañaban Raúl Martínez Cárdenas de 36 años y Juan Francisco Miramontes Gallegos de 37.
Pese a que se trataba de armas de uso exclusivo del ejército los jóvenes quedaron libres horas después de su detención.
Martínez Cárdenas fue asesinado en el fraccionamiento Villa Florida el miércoles 18 de abril del 2007 cuando subía a su auto, un Altima 2003 negro.
La noche del 15 de noviembre de 2007, cuando salía de visitar un domicilio, fue acribillado el agente de la policía municipal Eduardo Téllez Llamas. Esto sucedió en una zona cercana a la plaza Nuevo Mexicali. Tres jóvenes fueron detenidos a raíz de que después del crimen intentaron huir pero chocaron contra un vehículo estacionado. Uno de los tres trató de “rescatar” a sus compañeros de los agentes que los habían capturado, intentando arreglar el asunto que tenía que ver con el accidente de tránsito.
Ahí detuvieron a José Emmanuel Gil Valenzuela, Ricardo González Aceves y José Alán Smith Saavedra.
En su declaración ante el Juez dijeron pertenecer a una célula del Cártel de Sinaloa encabezada aquí por Víctor Javier Serrano Galván, a quien entonces identificaron sólo como “El Uno”.
Además vertieron otros nombres y apodos de integrantes, como el de “el Júnior”, “el Poney”, “el Tomate”, “el Rayas” y “el Uno”. También mencionaron a “el León” y a Arturo Beltran júnior.
Dijeron trabajar para “la gente de Sinaloa”, es decir para el Mayo Zambada, el Chapo Guzmán y Alfredo Beltrán.
Asimismo, aportaron otro dato:
Que en sus actividades eran protegidos por policías que “les daban perímetro”, mencionando el nombre de uno de los jefes, Gilberto Germán Rendón. Textualmente así lo detallaron:
“…vamos para donde está la bola circulando con rumbo al fraccionamiento que está atrás de la Plaza Nuevo Mexicali, en un lugar donde está la cancha de basquetbol adjunto a un lote baldío, ahí se encontraba la bola mirando al ‘Uno’, al ‘Poney’, al ‘León’, entre otros, y después llegó Arturo Beltrán; al llegar a dicho lugar se estacionaron y como eran varios vehículos el Uno recibió una llamada del Comandante de la Policía Municipal de la Estación Nuevo Mexicali el cual es moreno, alto, gordo, (el cual trabaja para el Uno en compañía de su pareja, el Subcomandante), los dos trabajan para el Uno y son los que dan perímetro cuando se necesita, diciéndole que habían reportado varios vehículos en dicho lugar y que se movieran…”
Después relatan con igual detalle la forma en que asesinaron al agente Téllez Llamas.
Esto fue la noche del 15 de noviembre de 2007, dos semanas antes de que saliera la administración que encabezaba el priísta Samuel Ramos Flores.
En mayo del 2008, ya con el panista Rodolfo Valdez en la Alcaldía, dentro del proceso de depuración fueron dados de baja una serie de elementos de la Policía Municipal, entre ellos Germán Rendón, pero él recurrió a un Amparo e inmediatamente fue restituido aunque comisionado al área de Separos, pero sigue en la corporación.
Ha trascendido que el grupo que encabeza Serrano Galván recibe protección no sólo de policías municipales sino también de estatales de la PEP y de agentes de la Policía Ministerial, sobre todo en la zona Oriente de la ciudad, donde se han cometido toda la serie de crímenes que ahora le imputan.
El doble homicidio de agentes ministeriales en Mexicali, desató una serie de acciones del Grupo de Coordinación que dieron como resultado la detención de dos integrantes de la célula comandada por José Manuel Armenta Rivas o Víctor Serrano Galván, alias el G-1, lugarteniente del cártel de Sinaloa.
Las autoridades de Baja California relacionan a este grupo delictivo en por lo menos nueve homicidios ocurridos en Mexicali recientemente; se le atribuyen la ejecución de dos policías de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), el homicidio de dos mujeres –una de ellas adolescente– y la decapitación de un hombre originario de San Luis Río Colorado.
También están relacionados con los homicidios de tres agentes de la Procuraduría General del Justicia del Estado (PGJE), entre ellos los ejecutados el martes 7 de octubre en Mexicali.
De 24 años, el G-1 tiene su base de operación en la Delegación González Ortega, mejor conocida como Palaco.
La madrugada del miércoles 1 de octubre, un taxista entregó dos coronas fúnebres en las oficinas de la Agencia del Ministerio Público de la zona oriente de la ciudad. Seis días después asesinaron a los agentes Alejandro Ocaranza Hidalgo e Ismael Rincón Pilar; este último fue removido de su cargo pero reinstalado gracias a un amparo que ganó.
Los agentes no fueron despedidos con honores, como se hace con los elementos policíacos que mueren en cumplimiento de su deber.
La noche del martes 7 de octubre, el Grupo de Coordinación efectuó tres cateos, encontró armas y carros blindados. Detuvieron a Rubén Cruz Beltrán “el Poney” y a León Carbajal Miranda.
Interpretado por los Aferrados de la Sierra, el G-1 tiene su corrido, es el cabecilla de la banda y aún está prófugo, en la letra se menciona al G-2 y G-3.
Las ejecuciones
El tráfico en el crucero carretera a San Luis y Calle sexta era denso. Pasaban diez minutos de la una de la tarde del 7 de octubre. De repente se escucharon las descargas de ametralladora; primero la sorpresa. “Aquí enfrente estaba estacionado un tráiler, pensé que era el ruido de cuando frenan los trailers”, comentó un locatario de la zona.
os estruendos se prolongaron y “la gente empezó a correr rumbo a la CFE, incluso se bajaron de sus carros”, narró.
El testigo contó que cuando imperó la calma, se acercaron al puesto de venta de cocos y vieron los cuerpos de los ministeriales. Una señora alcanzó a ser herida en la cabeza y puede ser que pierda un ojo, el comerciante de cocos “tenía una herida en el muslo”, dijo el entrevistado.
También relató que hubo un tercer ministerial que acompañaba a quienes resultaron muertos; “les alcanzó a disparar” a los agresores, aseguró.
Los agentes acribillados estaban asignados al grupo de robos de la Agencia del Ministerio Público de la Delegación González Ortega, cuyas oficinas están a dos cuadras del lugar donde los mataron.
Los agentes viajaban en un carro Nissan gris, sin placas y con los vidrios polarizados; sus cuerpos quedaron a un lado del carro, justo en medio del pequeño comercio de cocos y otras frutas.
Las autoridades estatales no pudieron precisar cuántos carros y personas participaron en la ejecución; según testigos, por lo menos fueron un pick up y dos autos tipo sedán.
El carro de los ministeriales quedó estacionado con el frente hacia el sur, en la esquina de la Calle Sexta; el ataque llegó por la parte trasera y lateral del copiloto. La trayectoria de los disparos que atravesaron los vidrios delantero y trasero del automóvil, no concuerdan con la posición y ubicación de los cuerpos inertes.
En el lugar de los hechos se encontraron dos armas largas, una de ellas presuntamente de los homicidas.
El comandante de la PGJE, Cristian Colosio Lule, comentó que no tenían conocimiento de un tercer ministerial en el lugar de los hechos.
Al día siguiente, el comerciante de cocos no se puso en ese lugar, no todos los locatarios cercanos quisieron contar lo que vieron, por miedo o por solidaridad-complicidad con los ejecutores. “No sé cantar”, o “estás hablando con la persona equivocada”, fueron algunos argumentos.
Cerca de esa zona, el miércoles, se colocó por primera vez en ese lugar un puesto de venta de cocos similar al del hombre que fue testigo del doble homicidio; originarios de Querétaro, un dependiente nervioso, dijo que su compañero estaba bien y por seguridad había optado por irse de Mexicali. “Ahora me voy a poner aquí”, dijo.
Luego de la ejecución, narraron los vecinos que dos carros, uno café y otro blanco, circulaban velozmente por la Calle Río Verde de oeste a este; al llegar al cruce con Calle Sexta; escucharon una ráfaga de metralleta.
Por lo menos dos personas iban caminando por esa zona cuando los delincuentes en fuga dispararon contra una patrulla municipal que los perseguía; ante los disparos desistió de la persecución.
Según el Secretario de Seguridad Pública del Estado (SSPE), Daniel de la Rosa Anaya, solamente encontraron un carro honda gris, como probable unidad participante en la doble ejecución.
También dijo que era posible que la mujer herida perdiera un ojo.
Otras ejecuciones
Pasadas las dos de la tarde del miércoles 8 de octubre, en las instalaciones de la PGJE, ofrecieron rueda de prensa el secretario de la Rosa Anaya, el director de la policía municipal de Mexicali, Alonso Ulises Méndez, y el comandante de los ministeriales en la zona, Cristian Colosio Lule. No llegó ningún representante de la Procuraduría General de la República (PGR).
A nombre del Grupo de Coordinación, de la Rosa Anaya informó la desarticulación de la banda del “G-1”.
En Iberia y Calle Cáucaso núm. 335 del Fraccionamiento Residencial Los Cedros localizaron una Ford Lobo Harley Davidson blindada, color gris modelo 2005 con placas de circulación de Baja California.
Ese mismo domicilio aseguraron 5 carros, además de una subametralladora Uzi modelo MA10, una arma larga tipo fusil marca universal calibre 30 milímetros, además de una pistola calibre 380 y dos armas largas R15. La Uzi era dorada, simulando oro.
Ese domicilio era investigado como casa de seguridad de Víctor Serrano Galván.
Por la Calle Río Elota de la Colonia Prohogar, las autoridades detuvieron a Rubén Cruz Beltrán, alias “el Poney”, que tiene orden de aprehensión por el delito de homicidio calificado.
Ante los medios de comunicación, este sujeto reconoció trabajar para “el Víctor”, cuidándole casas, según dijo
La otra detención tuvo lugar por la Calle Aurora 32 del Fraccionamiento Valle del Álamo, donde aseguraron a León Carvajal Miranda.
Según el Grupo de Coordinación, esta célula del narcotráfico podría ser responsable del homicidio de Gerardo Méndez Reyes, quien era el Subcomandante de la AFI en Mexicali; además del asesinato de Javier Gerardo Durán Treviño, agente de la misma corporación.
Ambos policías federales fueron acribillados el sábado 26 de julio de 2008, cuando salían de comer en un restaurante de comida china ubicado en la zona oriente de la ciudad.
Tenían poco de haber llegado a la plaza de Mexicali y cuando los ejecutaron estaban abordando un carro propiedad de Carlos Alberto Cedano Filippini, en ese momento comandante de la AFI, días después fue detenido en Los Ángeles, California.
La madrugada del viernes 18 de septiembre, en plenas Fiestas Patrias de Palaco, la señora Araceli Barraza Camacho y su hija de apenas 16 años, Samanta López Barraza, fueron asesinadas cuando terminaban de vender en la feria.
Frente a varios testigos, el homicida descargó dos pistolas contra las mujeres. Barraza Camacho era conocida activista del Partido Revolucionario Institucional (PRI), atendía un puesto de venta de cerveza en las Fiestas Patrias. Este hecho hizo que las festividades adelantaran su clausura tres días.
Ese mismo viernes por la mañana, también en esa zona de Palaco, dentro de un automóvil abandonado estaban la cabeza y las manos de una persona.
Al llegar la policía, encontraron que el resto del cuerpo yacía en la cajuela del mismo vehículo. Mexicali se incluyó en las ciudades donde aparecen decapitados.
A los días, la PGJE informó que se trataba de Guillermo Ruiz Flores, sanluiseño residente del Ejido Puebla con varias internaciones en la cárcel por delitos de narcomenudeo.
Las pruebas de balística de la PGJE, señalaron que una de las armas decomisadas a la célula delictiva del “G1”, fue utilizada en el homicidio del agente ministerial José María Santiesteban Torres.
Este ministerial fue asesinado la mañana del 10 de abril de este año, justo cuando salía de su casa en la Colonia Prohogar, antes, el 8 de septiembre de 2005 se había salvado de un atentado a balazos.
Las autoridades del estado, sin estar totalmente seguros, presuponen que estos homicidios fueron obra de Víctor Serrano Galván.
Un día después del homicidio de los agentes Rincón y Ocaranza, el comandante de la ministerial en Mexicali, Cristian Colosio Lule informó a nombre del procurador que todos los elementos de la zona oriente fueron sujetos a rotación de personal.
“Se aceleraron los cambios de esta agencia debido a las recientes amenazas y al homicidio de dos agentes ministeriales”, dijo Colosio.
El total de los agentes rotados fue de 20 en el grupo de robos y 24 los asignados a la Agencia del Ministerio Público de la Delegación González Ortega.
FUENTE: ZETATIJUANA.COM